lunes, 18 de abril de 2011

VIEJO.

Tu tos entre los vagones
buscan algún rostro conciente que te de el asiento
que obedezca a la voz en off que impone sus leyes
y pide disculpas por el mal servicio.

Tu tos cala los huesos en la micro llena
la pobreza desagradable que no escuchan los obreros
envueltos en audífonos chinos.
Música de moda al pulso de la deuda y la próxima cuota repactada.

Eres sólo un fantasma que susurra un dolor
permanece estoico y observa su muerte a segundos.

Huesos cansados llenos de frío
tosen, reclaman a oídos sordos.

Sólo un fantasma de bolsillos vacíos.

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