He soñado con obras de teatro
y renacido en las calles de un mercado.
Sonríes en frutas y verduras de la estación.
Empiezo a despedirme de la vergûenza y la ira.
Días nublados en los bolsillos
donde las señoras piden la cuenta en mapudungun,
una cantina pobre,
mesas llenas de botellas
y ojos que me observan como pidiéndome perdón.
Te imagino corriendo por Lautaro hacia el sur
en un día abochornado acostumbrada a sonreír.
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