PÁJAROS.

Y estos pájaros cantores
me ofrecen el campo
en fotografías múltiples de una línea de tren
manos heladas en vacíos bolsillos
y el grito de hambre simultáneo a esta rabia de fantasmas.

Flojera de sonidos
monótono zumbido de llanto en páginas
recolectando palabras como limosnas,
barro en los zapatos rotos.

A este cuaderno la pena le ofrece borrones,
juguetes en vitrina para un niño pobre.
Camionadas de silencio en tu edificio
mientras mi gato se limpia los insultos.

Un grito desesperado busca al niño perdido
y los engranajes gimen su desacuerdo cansado.

La insana quietud de mi dolencia
es un reclamo en palabras mal escritas.

Negro el estandarte de las próximas horas.