Recuerdo reventar el amor entre tus piernas.
Curiosamente estallas en abismos de olvido,
tienes algo del silencio y dueles como un hijo muerto.
Un vaso sucio entre este desorden de papeles.
Tengo estas manos que no aprendieron oficio alguno de caricias
y reclaman su desgracias frente a artefactos.
Puedes sonreír descalza de desagravio y orgullo
mientras intento reconstruir tu olor en esta fotografía.
El perfume del jabón se me hace tuyo y es un puñal
en el baño de este bar de mala muerte.
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