martes, 25 de diciembre de 2012

PARANOIA DE PIZARRONES MUDOS.
Sueños escasos a los treinta,
un odio tóxico fluye revalsándose en los ojos.

Hambre y sed,
ya ni las putas te saludan,
las viejas no te apuntan ni te escupen,
envejeces lleno de jeringas.

Cuchillos te observan condenado,
te exigen sangre.
Frustradas baldosas te reflejan Bizarro,
blancas, pulcras de cloro y pinceles.

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